jueves, 30 de agosto de 2012

"La educación prohibida", una película para el country y sin niños pobres... (por Marcelo Hernández - Argentina)


Una reunión de amigos en el club house del country es una buena oportunidad para mirar y comentar “La educación prohibida”, ahí encontrás todo muy cercano: bellos jardines, niños blancos, intelectuales que no mencionan una palabra en contra del orden social del cual sos beneficiario y fundamentalmente aquello que más te tranquiliza… no aparecerá en el film ni un solo niño pobre.

Por el contrario, si sos un educador popular (de la escuela pública o no), reconocerás de inmediato que esta película no está dirigida a sujetos como vos. Un grupo de jóvenes, que no logran desprenderse de su mirada de clase, toman partido en un debate que acumula más de doscientos años y apuntan sus cañones contra la escuela moderna corriendo del centro de la escena a su fundador y (aún) principal sponsors, el orden social capitalista.

Los directores de la película de ningún modo están obligados a adherir a la crítica marxista de la sociedad, pero merecería al menos una disculpa en los créditos, poner la onceava tesis sobre Feuerbach (Karl Marx) en boca de alguien que no se hace cargo de las deudas con sus trabajadores (Gastón Pauls) alegando que estaba bajos los efectos de las drogas cuando las asumió. La película parte de esa tesis que habla sobre la necesidad de transformar al mundo, para abandonarla inmediatamente y sólo ocuparse de la transformación de la escuela como una institución escindida del orden social vigente. Se mencionan entre el grupo de las alternativas pedagógicas a distintas corrientes que han presentado profundas diferencias entre sí, pero que aquí son presentadas en el bloque de las opositoras a la educación tradicional.

Se elige entrevistar a directivos de instituciones holísticas, logosóficas y de la escuela nueva, entre otros, y darle un peso importante a sus revolucionarias tesis de transformación de la mala educación. Por otra parte, se decide presentar a los docentes de la escuela tradicional ¿Pública? satirizados o representados por personajes como Pauls, sin incluir una sola entrevista a alguno de ellos, ninguno de los que diariamente se debaten cómo educar en escuelas que distan mucho de los bucólicos escenarios de la película. Esta elección puede ser debatida, pero es absolutamente legítima y coherente con las ideas que guían la cámara, lo que no puede pasarse por alto son afirmaciones del tipo: las leyes educativas están plagadas de lindas palabras, pero consolidan sentidos opuestos; existen múltiples trabajos realizados por intelectuales que le han destinado largas horas al estudio de las leyes de educación, donde se demuestra cómo estos documentos traslucen las verdaderas intenciones del orden social hegemónico.

Me atrajo de la película su propuesta abierta y de libre circulación, un formato que sumado a la amplia simpatía que despierta en diversos medios de comunicación le ha otorgado una amplia difusión, motivo más que suficiente para tomar posición acerca de los sentidos que en ella circulan.
En el club house quizás esta peli sea un buen aporte para pensar alternativas sobre la educación de sus niños, resultarán muy cercanos los modelos de familias, propios de una publicidad de centro comercial, que se muestran en el film.

Para el resto, para todos los que debaten (y trabajan) cotidianamente en la escuela pública, para quienes son parte de los movimientos sociales que asumen las tareas de educación y para muchos otros actores que la piensan vinculada a la transformación social, esta película no tiene mucho para aportar.

* Docente auxiliar en la asignatura Teorías de la Educación I, Dpto de Educación, Universidad Nacional de Lujan

www.rosa-blindada.info


MANTENER EL IMPETU DE LAS MOVILIZACIONES POPULARES PARA AGUDIZAR LA CRISIS DEL MODELO DE LOS PODEROSOS. (ALMA NEGRA)


“…Nunca el hombre está vencido, su derrota es siempre breveun estímulo que mueve la vocación de su guerra..” (Patricio Manns)

“...Ahora sí la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los  explotados y vilipendiados, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia.
 Ya se los ve por los caminos un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los «olimpos» gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve, armados de piedras, de palos, de machetes, en un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, afincando sus garfios en las tierras que les pertenecen y defendiéndolas con sus vidas; se les ve, llevando sus cartelones, sus banderas, sus consignas; haciéndolas correr en el viento, por entre las montañas o a lo largo de los llanos. Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron…”
(Fragmento de la Segunda Declaración de La Habana, 1964)

Encabezo  este posteo con dos frases que pueden ilustrar una visión mas histórica de los acontecimientos que estamos viviendo en el Chile actual, desde una mirada que quiere constituirse en un mirada amplia, mas allá de los arboles que impiden ver el bosque, mirada que tiene como punto de partida las derrotas infringidas al movimiento popular chileno en las ultimas décadas, tanto por los dueños del poder y sus aparatos armados, como por los reformistas del capitalismo en sus diversas versiones progresistas e izquierdistas, que cohabitando en el poder, instalaron el sistema que hoy esas enormes multitudes rechazan una vez mas en las calles.

En marzo del año pasado, nos interrogábamos si estábamos presenciando uno de los tantos brotes esporádicos de la lucha de masas, como otros ocurridos durante los últimos decenios en Chile, o estábamos frente a un ascenso más sostenido de las luchas populares.
Las diversas movilizaciones de sectores del pueblo, a pesar de no tener mucha articulación ni  unidad, fueron mostrando que no estábamos frente a un fenómeno pasajero. Hidroaysen, Magallanes, Aysén, Freirina, Copiapo, Putaendo, Constitución, la lucha por el agua, la lucha de los pescadores artesanales, la lucha de los trabajadores de Konecta, sumándose a la legendaria resistencia del pueblo mapuche  y otras, fueron mostrando que el movimiento de masas había llegado para instalarse.

Paralelo a ello, diversos estudios de opinión pública comenzaron a alarmar a las clases dominantes por el rechazo abrumador y descredito de las instituciones que la “transición a la democracia” ha instalado en el país. La palabra “crisis” comenzó a instalarse en los análisis de diversos sectores y a reordenar el naipe.

Dicho de otro modo, el caudal de las aguas movilizadas estaba y está sobrepasando las canaletas que el sistema ha construido para aliviar la presión de los desposeídos y estos, empujado por cuestiones vitales para su sobrevida y por las urgencias  (educación para el futuro, agua, medioambiente, tierra, viviendas, fuentes laborales)  comenzaban a constituirse en fuerza social concreta expresándose con sus propias formas y métodos.

Asombrados, los opinologos, comentaristas, los dueños del poder y las riquezas junto a sus esbirros, los operadores de la clase política,  se aterran porque entienden ya que esas masas “no le compran”. No compran que la democracia sea solo el ritual de votar y elegir representantes, no compran la pseudo participación en actos ordenaditos y pulcros donde solo hay que escuchar el instructivo, la cuenta publica, el discurso demagógico, las luces de los data shows y las promesas, ni siquiera las mesas de negociaciones.

La fuerza social se vuelca a la calle, grita, debate, levanta asambleas, salta vallas papales, corta calles y caminos, quema neumáticos, levanta todo tipo de banderas, se encapucha, avanza y expone razones cuando se les deja y se enfrenta cuando se les reprime.

Desordenan, bailan, portan carteles insultantes, se mofan del poder, lo insultan, lo desprecian, lo desafían. Son un mal ejemplo para el resto del rebaño que aun sigue sumiso pero que ya se pone nervioso. Ya el año pasado la actitud de los “sopaipillas” en las movilizaciones y en sus declaraciones presagiaba ese despertar del sueño embrutecedor, graficando una determinación nueva que comenzó a dibujarse en lo ancho y largo de todas las movilizaciones: estaba y esta surgiendo una nueva conciencia (¿o vieja?) de la necesidad de luchar contra todo el sistema y no solo por migajas en una negociación.

Claramente a mitad del año pasado ya estaba claro al menos dos líneas gruesas establecidas en todos los sectores sociales movilizados: quienes buscaban la negociación y salir de ellas con “algo” en las manos, y quienes estaban dispuestos a seguir luchando ampliando alianzas sociales, buscando crear popular, proyectando la lucha al escenario político más grande.

Es el momento en que el poder lanza sus ofensivas: garrote represivo y zanahoria negociadora llena de promesas, algunas de las cuales serán cumplidas mínimamente para descomprimir la tensión social.

Al finalizar el año, el poder apostaba al desgate, a que había logrado frenar el ímpetu movilizador de estos sectores sociales. Apostaba a que las campañas electorales volverían a arrastrar a las masas movilizadas a esas canaletas impuestas, o al menos a cambiar el escenario político.
Sin renunciar a su condición de guardián del sistema, preparó nuevas leyes represivas, nueva política de seguridad nacional, se apertrechó de modernas maquinas e implementos represivos para enfrentar con nuevos instrumentos legales y materiales a este movimiento de masas, ovejas negras descarriadas que están desordenando el rebaño.

Los progresistas y reformistas de diversos cuños sacaban cuentas alegres: unos porque entendían que su presencia en las luchas reivindicativas podían traducirse en votos y candidatos electos para ingresar al escenario de la “política formal” de los poderosos, otros que se definen como revolucionarios, equivocadamente pensando en que lo electoral les permitía cierto protagonismo y acumulación de fuerzas “arrebatadas” o “disputadas” al reformismo.

Los  muertos que vos matasteis gozan de buena salud, dice el movimiento popular nuevamente este año, lanzándose en diversas luchas que implican ahora también el frente de Derechos Humanos donde la represión, la instalación de montajes, la Ley Hinzpeter, los brutales allanamientos a comunidades indígenas hace revitalizarse un frente donde ONG e Instituciones son sacudidas de su abulia y exigidas a salir del lamento y el lloriqueo para instalarse apoyando las luchas concretas, asistiendo medicamente a los golpeados, a las niñas estudiantes vejadas.

Y otra vez las tensiones entre las dos líneas que cruzan el movimiento popular, con un claro retroceso en el mundo universitario que acude a marchar tanto como al parlamento a discutir presupuesto, con nuevos llamados a la negociación, en contra de los capuchas, y claramente hay que señalarlo, con grupos que tienen agendas propias para referenciarse a través de la maquina, del cambullón, en función de protagonismos en las “ligas mayores” como señalan, y que sin embargo no plantean ninguna estrategia distinta al reformismo clásico, ninguna propuesta clara de acumulación de fuerza social para la construcción de poder y para poner en crisis el sistema en su globalidad.

Porque en definitiva ese es el asunto.
¿Hacia donde van dirigida todas las movilizaciones?
¿Es que estas movilizaciones buscan reformas cosméticas para que de fondo nada cambie, dos o tres puntos porcentuales más en un presupuesto, buscan votos para tal o cual candidato que entrara al circo parlamentario?

Antes de respondernos esta pregunta, miremos lo ocurrido en la CUT. No hablo de la vieja CUT fundada por don Clotario Blest cuya declaración de principios establecía en 1953 “ que el régimen capitalista actual, fundado en la propiedad privada de la tierra, de los instrumentos y medios de producción y en la explotación del hombre por el hombre que divide a la sociedad en clases antagónicas: explotados y explotadores, debe ser sustituido por un régimen social que liquide la propiedad privada hasta llegar a la sociedad sin clases, en la que se asegure al hombre y la humanidad su pleno desarrollo”. Hablo de la actual CUT desprestigiada entre los propios trabajadores, que jamás a luchado seriamente por derribar las Leyes Laborales instaladas por la dictadura que rigen a los trabajadores, prácticamente maniatados a la hora de luchar.

En esta CUT y ante los ojos de todo el mundo, la maquina del peor de los reformismos y de la descomposición del sindicalismo, da el triste espectáculo de elecciones mañosas, sin ninguna transparencia, para frenar la emergencia de nuevos lideres como Cristian Cuevas. Ya hace mucho que diversos sectores han abandonado esta instancia que se niega a elegir a sus dirigentes por voto universal, que mantiene sindicatos fantasmas, que bloquea la participación de trabajadores y sindicatos verdaderos.¿En función de que? ¿Dirigidos por que partidos?

Y este paréntesis sobre la situación de la CUT es para no marearnos, para no sacar cuentas alegres, a entender que todavía hay un inmenso campo de sectores sociales, de campesinos, de trabajadores agrícolas, de temporeros, de asalariados, de trabajadores públicos, de organizaciones sociales territoriales como juntas de vecinos y similares en donde predomina con fuerza la conducción del reformismo, del clientelismo de la Concertación que espera tranquilamente la llegada de una señora que ya fue Presidente para que la reinstale en el poder del Estado.    

Retomando la pregunta entonces respecto de cual es la dirección estratégica posible del movimiento popular, del insolente e incomodo movimiento popular que esta aguando la fiesta de los poderosos.

Obviamente para los detentores del poder la maniobra es dilatar, contener, debilitar para trasladar al Parlamento la discusión y resolución en última instancia de las diversas demandas que las luchas sociales levantan, contando con recursos y excedentes para aflojar los morlacos en ultima instancia (Si hasta Andrés Zaldívar, el enano golpista contra Allende está ahora hablando de impuestos a los altos ingresos, igual que una serie de economistas de la Concertación que descubren “ahora” tales posibilidades después de haber estado 20 años en el gobierno).

Para el reformismo también la película esta meridianamente clara: todas las luchas sociales, conflictos, movilizaciones pueden ser traducidas al ámbito político formal del parlamentarismo y ganar espacios en el sistema político actual. Por ello no es incongruente, en su lógica, encabezar o estar “reventando” ahora conflictos sociales (usando su propia jerga) porque operan como lo hicieron incluso bajo dictadura: construir un FPMR para desembarazarse de él cuando surgió la posibilidad de una salida política negociada.

Para los revolucionarios sin embargo, el problema no tiene visos aun de solución. Sin unidad entre las distintas corrientes, algunos sucumben al espejismo del terreno electoral para proyectarse mientras en el otro extremo, el espontaneismo más puro niega toda posibilidad de establecer coordinaciones, conducción o programa mínimo. Surgen así “salidas” como la convocatoria a Asamblea Constituyente (ni tontos ni perezosos asumido también por sectores DC) que no se sostiene a una pregunta más que básica: si podemos ganar una Asamblea Constituyente porque entonces no instalarse derechamente en el camino reformista parlamentario, o en su defecto, porque no instalar derechamente el tema de la lucha por el poder.

Ciertamente la atomización de la izquierda revolucionaria no será resuelta por la “voluntad” de los caudillos, lideres, o dirigentes de los diversos grupos, colectivos, protopartidos o similares en un congreso, declaración o esfuerzo decretado entre cuatro paredes y con un lápiz.

Este proceso será resuelto por la dinámica concreta de la lucha en los espacios sociales y políticos concretos. En el encuentro de los esfuerzos por acumular y desarrollar fuerza política y social, por el liderazgo en las tareas y acciones concretas, por la justeza de las líneas que se levantan y proyectan, porque el torrente de la lucha de masas obliga a estar en el jugando un rol activo a ser arrollados también por la marea.

Claramente las movilizaciones actuales tienen un limite por dos razones: porque aun son las franjas mas golpeadas de la sociedad las que se movilizan estando expectante muchos otros sectores que aun no intervienen ni se movilizan, y en segundo lugar porque claramente en un año mas vendrá el recambio del Gobierno instalándose nuevamente la Concertación lo que nuevamente traerá confusión, dispersión y algún retroceso en los niveles de movilización.

¿Para donde vamos entonces? ¿Cuál es la táctica?

Propongo mirarla desde la siguiente imagen: los poderosos han construido como dice Tomas Moulian una caja de hierro, una verdadera caja de hormigón armado que encierra al movimiento de masas para imponerle el sistema económico que ellos requieren. Esa verdadera represa tiene grietas pequeñas donde esta ahora saltando un chorro potente pero que sin embargo no es capaz de derrumbarla. Quienes van al circo parlamentario o hablan hoy en día de Asamblea Constituyente no hacen más que poner parches al andamiaje construido. Nuestra preocupación debe ser incrementar el caudal tanto en potencia como en cantidad para abrir definitivamente un forado mayor.

La dialéctica de la lucha de masas nos esta señalando que las únicas respuestas posibles que tiene el poder son dos: o ellos mismos (con apoyo del reformismo) cambian la caja (Constitución, leyes, sistema político, cambios en aspectos económicos) lo que de ninguna manera detendrá las luchas, o simplemente recurren a la fuerza  de la represión deslegitimando aun mas su modelo y haciendo  justa y necesaria la rebelión popular ante los ojos de las mas amplias masas.

En definitiva, la única táctica posible es seguir luchando, construyendo fuerza social y política donde hoy no hay, generando coordinaciones, uniendo las luchas, construyendo poder popular.

No es nuestra la responsabilidad ahora de definir  “salidas” a la situación nacional. Si es la hora de mantener la ofensiva, incrementar la crisis de los poderosos con la lucha revolucionaria.

¡ SOLA LA LUCHA DA LO QUE LA LEY DEL PATRON NIEGA!
! A CONSOLIDAR Y EXTENDER  LOS GERMENES DE PODER POPULAR!


martes, 28 de agosto de 2012

Las tareas de los Estudiantes Revolucionarios. El avance de la Juventud Popular

Por Bandera Rojinegra.

A modo de introducción, para contextualizarse un poco

Es innegable para cualquier persona común y corriente, pasando por  la vecina más choriza del pasaje, hasta por el más mateo y ñoño del curso, que nos encontramos sumergidos en un fenómeno de malestar social que altera, aunque sea solo un poco, la percepción que se tiene con respecto a la sociedad y su orden. Este desorden que se percibe, no es porque la viejita o el cabro lo vean en la tele o lean en los diarios, CLARAMENTE NO, la percepción ha cambiado pues ahora, luego de casi 20 años de dictadura y de mas de 20 años de la bendita democracia, las injusticias y la explotación golpean todos los días las puertas de los que esperanzados esperan que algún día, un pedazo de la torta de los poderosos caiga entre nosotros, entre los que no nos toco nacer en un barrio acomodado, ni nacer con el apellido bajo el brazo como garante de riqueza. Son casi 40 años de frustración e impaciencia, que se refleja a diario en el cansancio matutino, en la micro llena o el metro apretado, que para mas remate nos sale un ojo de la cara; se refleja en el descrestar diario para poder parar la olla; en la agobiante cuenta de fin de mes, llena de números que no son mas que sinónimos de amenaza y preocupación; en el pensar diario, que esta mal el tener que pagar y endeudarse por todo, el deseo de mandar a todos estos cabrones al carajo de una buena vez.
Es cierto, las cosas avanzan en ese sentido, se acumula rabia y malestar, pero no hay que confundir ni marearse con respecto al real avance de las masas y la gente.

Esta claro que nos encontramos frente a un alza en la lucha que desarrollan las masas, en número y en calidad, pero que no ha logrado despegar hacia lo que los revolucionarios esperaríamos de un proceso de movilizaciones, una lucha política que amenace el poder de los ricos en contraposición de un proyecto clasista y combativo. Mas bien, esta alza en las luchas es de tipo reivindicativa, producto de demandas concretas de tipo económica, ecológica o cultural; esta lucha va acercando de a poco a las demandas a la muralla que representa la legalidad suscrita y aprobada por los burgueses, cualquier tipo de expresión o necesidad legitima que se escape de sus marcos será suprimida por la fuerza, o bien ignorada.

Producto de lo anterior, es que ciertos sectores han logrado darse cuenta de que, la histórica consigna toma  cuerpo hoy: “solo la lucha nos da lo que la ley nos niega”. Esta alza en las luchas se inicia principalmente durante las movilizaciones en contra de Hidroaysén, continuando con las luchas de los estudiantes en las calles y su fuerte organización en las asambleas, paros y marchas durante el 2011, la ola de conflictos locales (Calama, Freirina, La Ligua, Putaendo, Dichato, Aysén, etc.), y la cruda lucha del pueblo mapuche en contra del Estado y la usurpación de sus tierras ancestrales.

¿Cómo entendemos entonces que, frente a tantas luchas que se desarrollan, frente a tanta injusticia y explotación no se esté dando vuelta la tortilla?

A grandes rasgos y de manera general podríamos definir dos grandes fenómenos que nos hacen andar aun con los ojos tapados y medios sordos frente a todo. Primero es la clara y gran influencia que tienen las ideas de la burguesía en la sociedad en su conjunto, que se expresan a través de la educación que recibimos en las escuelas y universidades, o en los medios de comunicación oficiales; podríamos seguir planas y planas describiendo como su ideología nos atonta y enajena, pero no es ese el objetivo de estas líneas.

En segunda instancia, esta la falta de un conductor de todas las luchas y el sentir popular,  un referente: el partido de la vanguardia de la clase obrera, el partido revolucionario, capaz de agrupar y dar conducción política a la lucha de los trabajadores y el pueblo para su liberación, el partido formado por los mejores hijos del pueblo, constructores, creativos, combatientes, capaces de sembrar semillas de revolución en cualquier territorio, a la espera de algún día poder cosechar todas las victorias que nos lleven al triunfo final. 

Las luchas actuales y el quien es quien. 

Falta mucha tela por cortar aun con respecto al tema anterior, pero no es nuestro objetivo el ahuyentarlo señor lector con las lamentaciones sobre lo mal que esta nuestro mundo, mas bien, la idea es sacar tareas y objetivos concretos frente a las luchas que desarrollamos hoy, en la actualidad, en el ir y venir cotidiano de nuestros compañeros en la población, en la faena, en la oficia o en la sala de clases. Pero para eso, se hace necesario primero describir que es lo que pasa en la actualidad con las luchas que se están desarrollando, luchas que principalmente nos llevan a la arena del conflicto estudiantil.

El gobierno ya hizo su pega y la hizo bien. Instaló los temas que quería instalar en el tapete ignorando por completo las posiciones de los estudiantes que pedían educación gratuita, y llevando la pelea a su estadio con su público: a las oficinas ministeriales y al parlamento, tirando voladeros de luces como la centralidad del tema, engrupiéndonos que en la importancia del rechazo o aprobación de la reforma tributaria esta la matriz de este conflicto. Como si el Estado, herramienta de opresión de una clase por sobre otra, fuera a solucionar los mismos problemas del Estado, derribando uno de los principales pilares de la burguesía y el bloque en el poder: el lucro en la educación. 

El gobierno ya hizo su pega porque nos dividió, instaló su programa de discusión y tomo la iniciativa, frente a eso unos reaccionaron enérgicamente buscando apoyo en el parlamento, llamando a sacarlos del poder mediante las elecciones, etc. Otros, los menos, seguimos resistiéndonos y seguimos apostando a que la lucha esta fuera del parlamento y las oficinas ministeriales, la lucha esta en la calle. Nos dividió y nos sigue dividiendo, pues mientras algunos creemos que todas las formas de lucha son validas en contra de este sistema cabrón, otros, lacayos de la social democracia y la concertación, hacen llamados para que los encapuchados no asistan a las marchas.  ¿Qué hueon mas grande no?
Nuestros compañeros secundarios sin duda han dado un ejemplo de bravura, volvieron a demostrarnos que son los más chorizos combativos y que no tienen miedo a perder el año o a que los desalojen de sus liceos una, dos o diez veces. Han vuelto a instalar la idea de que la lucha por la educación gratuita se gana luchando, y no con pajas de foros y reacciones puntuales a las acciones del gobierno al estilo UNE. Sin embargo de lo anterior, es necesario develar y tener algunas precauciones frente al análisis. Es cierto, los secundarios avanzan, ¿pero que construyen?

Por un lado la CONES y su conducción reformista del PC, se han preocupado de reventar el conflicto a mas no poder, pensando en las elecciones que se avecinan y dándole como bombo en fiesta a las autoridades municipales, no se trata de defender al perro zalaquett ni mucho menos, pero si es necesario tener la precaución de que es solo un mono, no es el que la lleva en este cuento, ni la llevará. La CONES tan solo esta cumpliendo con sacar a la calle todas las fuerzas posibles que permitan desgastar y mantener la pasividad de las masas durante el mes de octubre, no sería gracia para el PC ver amenazado su alianza y amistad con los traidores de la concertación.

La ACES sí ha demostrado una posición política mucho más clara, han demostrado ser más astutos, y sobre todo, con una posición política abiertamente antisistémica, no existe el miedo en llamar a funar y boicotear las elecciones, no existe el miedo en llamar a los cerdos por su nombre. La ACES es una herramienta clasista de lucha, sí, sin duda, es abiertamente anti sistémica, sí, sin duda, pero los compas de la ACES no construyen. No existe suficiente construcción de base en las asambleas de los colegios, y si bien esto no es algo que acomode, la ACES se acostumbró a ser UN COLECTIVO por sobre una asamblea, donde los participantes no van en representación de sus liceos o colegios, van en nombre de piños y grupos políticos. Sin lugar a dudas “el factor Eloísa González” no ha pasado desapercibido, por lo mismo de La Tercera y La Segunda le han dado tan duro a la ACES, pero este factor no es relevante por lo parada y clara en sus ideas que es la compañera, mas bien es porque la ACES representa para el bloque en el poder, un estorbo menor con su proyecto antisistémico, pero no una amenaza mayor que implique un despliegue de fuerzas mayor o una intervención cuatica. Por mas reiterativo que esto pueda sonar, es necesario volver a destacar: los compañeros de la ACES no están acumulando o creciendo pensando en un proyecto mayor. 

En el caso de la CONFECH, difícil es lograr sacar algo en limpio en semejante cumpleaños de monos. Los tres tercio que se disputan la conducción al interior han terminado dando la razón a la UNE y su política de contención. Por un lado el PC y la concertación disfrutan de las cuotas de poder obtenidas durante el año pasado, que tienen a la Vallejos con un pie en el parlamento, y que sonríen con las concesiones entregadas por el Estado mediante la inscripción automática y el voto voluntario. Esto porque esta honorable institución republicana no significa hoy ninguna amenaza a los intereses del capital, ya sea por lo tibio y reformista de su proyecto o bien por los acuerdos y pactos de bajo mesa. El PC no hace mas que capitalizar “el voto joven” como una obligación moral para todos aquellos que se movilizaron y se movilizan, para todos aquellos que quieran cambiar algo.

Detrás de ellos, y como una suerte de hermano pequeño zarpao (por mas que quieran despegarse de ese papel) están los ciudadanistas de la UNE y el Igualdad, que con sus ropajes de revolucionarios e ideas reformistas, no tienen miedo en posar junto al PC en una foto en Venezuela en preparación a un encuentro con Chávez. Si existe rivalidad hoy entre el Igualdad y el PC, no es mayormente por sus distancias o diferencias políticas, es más bien por la disputa que puede surgir en los espacios municipales. Los compañeros de la UNE han levantado una política de movilización, que mas desmoviliza que convoca, no han encerrado en los foros y auditorios, esta claro que estas instancias no están demás, pero tampoco puede ser la centralidad de nuestra construcción.

De manera interesante, el grupo auto denominado SINFECH ha logrado articularse en torno a políticas comunes, en torno a apuesta comunes, pero que lamentablemente hoy no pasan mas allá de lo que es ser una oposición activa a la hegemonía que posee la UNE dentro del CONFECH. No se pueden desconocer las intenciones y el trabajo realizado por los compañeros de esta agrupación de piños y colectivos independientes, sin embargo siguen la misma lógica que ha seguido todo el CONFECH durante el primer semestre, responder al amén del gobierno, llevar “sin querer queriendo” la lucha al parlamento; es destacable sí, su intento de colocar en las asambleas y en las carreras, le necesidad de avanzar hacia nuevos estados de lucha, iniciativa que deberá ser releída y revisada, pues es innegable que aun en las carreras y sus asambleas, pesa la resaca de las movilizaciones del 2011, y es que, el universitario, un tanto mas amarillo y cagón que el secundario, no esta dispuesto a sacrificar un año o un ramo.

La situación es compleja pues, por mas acciones que veamos impulsadas por los universitarios (toma de los seremis, banderazos del costanera center, tomar casa central Uch), esto no es mas que acciones factuales realizadas por grupos, piños o colectivos, que en casi ningún caso, representan la acción organizada de las bases, de las asambleas. 

Las tareas de los revolucionarios. 

¿En que debemos diferenciarnos los revolucionarios a la hora de desarrollar nuestra política? ¿Cuál debe ser nuestra apuesta? ¿Cuál debe ser nuestra tarea?

La revolución, no la realizarán los estudiantes desde sus tomas, pues la lucha por la educación no es LA lucha por la transformación de esta sociedad, con educación estatal y gratuita el capital seguirá funcionando igual, eso esta claro. La lucha por la revolución será conducida y desarrollada en su mayoría por los trabajadores, los únicos capaces de colocar en jaque este sistema, paralizando la producción, desarrollando el poder popular desde las fábricas y empresas, desde las poblaciones y espacios territoriales, un poder que debe ser capaz de enfrentarse al poder de los ricos; el poder que desarrollen los trabajadores será un poder clasista y combativo.  Pero frente a eso, ¿Cuál es el rol de los estudiantes?.

No se trata de desmerecer las luchas que hemos desarrollado durante estos últimos años, son luchas necesarias y justas, sin lugar a dudas, pero es necesario definir cual es el rol que ocupa el estudiante en la revolución: SOMOS LA FUERZA AUXILIAR DEL PROLETARIADO.

Por tanto, nuestras capacidades y luchas no deben apuntar a objetivos postmodernos educacionales, ni ha creer que desde las salas haremos la revolución, sino que a fortalecer la lucha revolucionaria por el poder de los trabajadores. No estamos descubriendo el agua, esta claro, pero es que esta concepción nos deja una tarea concreta para el hoy, respecto de las actuales movilizaciones que se van desarrollando: La acumulación de fuerzas que desarrollemos en nuestros espacios debe ir más allá de juntar a acumular en post de fortalecer la asamblea, el piño, la brigada o el coleto, nuestra acumulación de fuerzas será revolucionaria, cuando los compañeros que se nos unen, y nosotros mismos, seamos capaces de entender que esta lucha no termina hasta vencer, y que puede que mañana se termine el liceo o la u, pero la lucha continua en el sindicato, la lucha continua en la población, la lucha continua transmitiendo experiencias. 

La acumulación de fuerza social revolucionaria es la principal tarea de los jóvenes revolucionarios del hoy, somos nosotros los que estamos sembrando para cosechar victorias, es hora de capitalizar los esfuerzo del año pasado y el presente, y transformar a la masa social crítica, en cabros y cabras militantes, constructores, combativos y clasistas. Ese debe ser nuestro aporte a la lucha hoy, esa debe ser nuestra carta. Este es nuestro aporte, para que los trabajadores lleguen al poder. 

Luchamos y lucharemos, hasta vencer o morir. 
Construyendo Fuerza Social Revolucionaria, pavimentamos el camino a la victoria.