martes, 4 de septiembre de 2012

Colombia: ¿Es la paz de Santos otra cortina de humo? (lahaine.org)


En Colombia está de moda la paz. El señor Santos, actual Jefe de la Casa de Nariño, ha desplazado la atención nacional hacia unos diálogos con las Farc, para realizar una negociación que ponga fin al prolongado conflicto armado nacional.

La premisa de dicha estrategia es una supuesta derrota de la guerrilla y el triunfo de las Fuerzas Armadas sobre la insurgencia campesina. Además, se hace una intensa propaganda para demostrar que la lucha armada es inútil en la acción política para lograr cambios reales en la sociedad que implican la destrucción del poder de la oligarquía dominante desde hace 200 años. Como si no fuese la lucha armada revolucionaria de los últimos 50 años la que obliga a las clases dominantes ha realizar algunas reformas y adelantar algunos procesos de paz para generar la idea de una democracia que atiende las demandas ciudadanas. De no ser por la permanente lucha de las guerrillas colombianas las cosas serían aun peores en esta nación.

El anuncio de los diálogos con las Farc reconoce simple y llanamente que toda la guerra del señor Uribe Velez, durante 10 años, en la que participó activamente el señor Juan Manuel Santos con sus falsos positivos, masacres, asesores judíos, tecnología aérea de terror e invasiones de otros paises, es un monumental fracaso. Un fiasco absoluto. Las Farc sobrevivieron al exterminio, se reorganizaron y con la guerra de guerrillas, incluidas nuevas formas de organización con unidades de combates móviles, francotiradores y minados, llevaron al desgaste de la maquinaria militar oficialista, onerosa fiscalmente, ineficiente en el combate y en franco declive.

Esa es la realidad que omiten quienes hoy hacen el elogio desmesurado del "pacificador" Santos, a quien visitan en su Oficina los señores del Partido Comunista (Caicedo, Lozano y Ramirez), en un acto de oportunismo sin antecedentes, para congraciarse con el verdugo de los campesinos que hoy posa de inofensiva paloma. Lo que hace el "Partido Comunista" y otros supuestos revolucionarios del Polo que están en la Cámara, es entregar de manera traidora las banderas de lucha del movimiento campesino colombiano. Salir a respaldar el proceso de Santos, sin sentido critico y sin demarcar fronteras, es una felonía que desenmascara estos falsos revolucionarios mas interesados en la componenda con la oligarquía dominante. Es la política perpetua de conciliación de los pcs colombianos, que impulsa sin pudor el señor Carlos Lozano, un burócrata corrupto que juega a muchas bandas.

Lo cierto es que este proceso de paz orquestado por la gran oligarquia es un recurso para distraer al pueblo frente a la crisis social que lo afecta derivada de las malas condiciones que registra la economía a raiz de una de las mas graves crisis del capitalismo financiero global. Así ocurrió hace 12 años, en el proceso de paz de Pastrana. Ese montaje se organizó para sobrellevar una de las peores crisis de la economía capitalista colombiana y una vez se superaron los peores puntos del atasco se le dio término para propiciar el ascenso del señor Uribe Velez y su paraestado criminal. Igual ocurrió en el gobierno de Belisario Betancur que llevó al exterminio de la Unión Patriótica y de la misma manera se dió en el gobierno de Cesar Gaviria, quien montó simulacros de paz con grupos degradados moralmente para de esa manera implantar el modelo neoliberal en la sociedad y el Estado.
Son los errores del pasado que no debemos repetir. Que no debemos olvidar.

Santos quiere hacer una paz para salvar el capitalismo colombiano, con la ayuda de falsos comunistas y revolucionarios que posan de almas progresistas como el Representante Cepeda.

Por eso la Agenda que se ha conocido es un listado de generalidades, de temas abstractos que nada tienen que ver con los problemas concretos de los colombianos de hoy como la descomunal crisis de la salud, la privatización de la educación, la especulación y explotación del sistema financiero, el fuero militar para la impunidad, los derechos de los indígenas, la reforma agraria que elimine el poder latifundista, los derechos de las victimas, la situación de los desplazados, la situación de las cárceles, la reforma democrática de la justicia, la democratizacion de los medios de comunicación, la reforma electoral, el desempleo, el hambre, la pobreza, la democracia real, la participación política efectiva, la eliminación de la corrupción y del clientelismo, el rescate de la soberanía nacional, la depuración de las fuerzas armadas, la eliminación efectiva del paramilitarismo y la suspensión de la locomotora minera.

El pueblo colombiano no se puede dejar distraer con este embeleco y con llamamientos para dar apoyos populares a Santos. Todo eso es una farsa. Lo único que cabe es la movilzación de las masas, (como lo vimos recientemente con la lucha de los campesinos cafeteros y los indigenas), la lucha del pueblo, la realización de paros, bloqueos de carreteras, las acciones contundentes como la de los indigenas del Cáuca, la movlizacion de los educadores y los estudiantes contra el neoliberalismo.
No sea que ahora nos pidan estos oportunistas politiqueros de "izquierda" que desmomentemos el paro del 12 de octubre con el argumento de que no hay que hacerle el juego a Uribe Velez y se debe rodear a Santos. Ese mismo señor Santos que ahora ofrece otro rostro espera las condiciones propicias para seguir golpeando al pueblo y a sus organizaciones con masacres, asesinatos, desapariciones, carcel y falsos positivos. Eso no lo puede olvidar la gran mayoría de la sociedad.
A la paz se llega con la lucha y la perseverancia del pueblo y de la resistencia guerrillera, a pesar de los enormes sacrificios que haya que hacer. Son los que se han hecho hasta el momento. Por eso no se debe bajar la guardia.

No se puede pretender que una resistencia guerrillera heroica termine repitiendo los episodios de traicion y rendicion de los años 50 del siglo pasado, cuando todos los lideres de la resistencia terminaron acribillados por los sicarios del oficialismo liberal y conservador.

Addenda: Mientras se habla de paz, Ejercito y policia tienen la tarea de reorganizar y fortalecer los paramilitares. En Norte de Santande, en Cucuta, el Capitan Torres, Jefe de "derechos humanos" del Comando Departamental de la Policia, trabaja de la mano del Jefe paramilitar "Chang", sinistreo asesino de Juan Frio, reclutando y adistrando cerca de 500 paramilitares para recuperar el control del àrea metropolitana y de la frontera con Venezuela.

La Haine


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